«Un laberinto clásico, no se olvide, no deja de ser una estructura radicalmente previsible y racional…
El extravío puede imponerse demoledor y, sin embargo, en su interior, todo tiene sentido. El funcionamiento interno de esta novela reproduce el funcionamiento de la experiencia vital contemporánea…
¿Cómo se sale de un laberinto? «
Queridos lectores, hoy es un placer hablar de Libro de Natán, escrito por José Carlos Turrado De La Fuente y publicado por el Grupo Editorial Europa
Mientras tanto, vamos a averiguar un poco más sobre quién nuestro autor…
José Carlos Turrado De La Fuente (Valladolid, 1980) es profesor de Lengua Castellana y Literatura en el IES Las Salinas de Laguna de Duero.
Es autor de las novelas La Atlántida, El caballero Gladiando, Libro francés de las ironías rotas y volterianas, El retablo, Apología del martirio, y del poemario Canciones. Actualmente prepara la edición de varios libros nuevos, tanto de lírica como de narrativa.
Libro de Natán es una novela breve, pero muy profunda y genial que se desarrolla en un laberinto intrínseco de acontecimientos actuales oscuros, pero demasiado previsibles…
Libro de Natán escrito por José Carlos Turrado De La Fuente y publicado por el Grupo Editorial Europa nos ha parecido tan atractivo e interesante que hemos decidido conversar con el autor…
Aquí tenéis la entrevista…
¡Buena lectura!
¿Qué le gustaría decirles a sus lectores?
Así…En general, la presentación sinóptica del Libro de Natán no es una tarea sencilla.
Dejando para el final la evaluación de lo superficial o profundo del contenido de la novela, les recomendaría alguna manera original de leerla.
Me gustaría proponerles un ilustrativo experimento mental, o no necesariamente mental. La próxima vez que entren en un laberinto clásico, a la vez que avancen por sus vericuetos y adarves, intenten pensar en el reverso de los muros más que en el sendero (que suele ser poco interesante y, para colmo, a menudo provoca miedo y ansiedad).
Abordar el reto con esa mentalidad de geómetra es una experiencia muy entretenida, pero no sólo eso, también es muy útil.
También les recomendaría leerla dos veces. Es una novela breve, con las palabras medidas y pesadas.
¿Hay un momento en particular que le empujó a escribir este libro?
Este libro está escrito con un pie antes de la pandemia y con otro pasado lo más estricto de las restricciones y el confinamiento. Por la crudeza con la que se me vino encima el encierro, lo tuve que dejar aparcado durante meses.
En un origen, pretendía analizar fenómenos emergentes de la posmodernidad en general: psicología de masas, determinismo social, el contundente fatalismo ante una concepción cada vez más absolutista de la soberanía a partir de la degradación de la práctica democrática, etc.
En su trasfondo, ya sea en términos religiosos o profanos, el libro trata de lo que llamara Baudrillard (y no sólo él) “Inteligencia del Mal”. Las líneas argumentales principales ya estaban configuradas, así como su estructura y lo esencial de su contenido.
He de decir que ninguno de esos aspectos ha perdido, a mi parecer, validez tras lo sucedido estos últimos meses, sino más bien todo lo contrario. Su desarrollo laberíntico aporta una indirecta explicación del tipo de relación que han establecido los acontecimientos de estas últimas décadas entre sí, y de por qué se nos echan encima provocando el aturdidor efecto de resultar tan arbitrarios e incomprensibles como coherentes e inevitables.
Así afecta la profecía: opaca de suyo, resulta más transparente conforme se aproxima su cumplimiento y, a toro pasado, todo se impone evidente aunque no se pueda reconstruir lo recorrido, lo discurrido, el discurso.
En tiempos recientes se ha puesto de moda el concepto de serendipia, aunque es una palabra que, por diversos motivos, yo prefiero no usar.
Un laberinto clásico, no se olvide, no deja de ser una estructura radicalmente previsible y racional. El extravío puede imponerse demoledor y, sin embargo, en su interior, todo tiene sentido.
El funcionamiento interno de esta novela reproduce el funcionamiento de la experiencia vital contemporánea. ¿Cómo se sale de un laberinto?
Fácil: con memoria, orden y paciencia; precisamente las potencias que más le faltan al hombre de hoy, no por casualidad.
¿Qué planes tiene para el futuro?
Diría que mis planes no son ambiciosos ni todo lo contrario. En el futuro continuaré con la docencia y la combinaré, en las mejores condiciones que pueda reunir, con mi vocación literaria. Más o menos como estos últimos años. Tengo la vida que decidí llevar cuando era un adolescente.
Como profesor me inicié muy joven y ya apunto a veterano. La experiencia, no sólo profesional, me ha demostrado repetidas veces que, cuando hay norte y fundamento, el esfuerzo y la dedicación, acompañados por el buen juicio y el sentido común, siempre dan su fruto en mayor o menor grado.
Las contingencias afectan normalmente a corto plazo; en el medio o largo las cosas siempre tienden a ocupar su lugar. No espero ninguna gran sorpresa. Dedicarme a lo mío, como siempre. ¿En qué consiste, si no, la vida?
Por lo demás, yo no soy ningún profeta ni nada por el estilo. De eso va también un poco la novela. En el fondo todo el mundo sabe lo que va a pasar. Asunto aparte es la capacidad de procesarlo, articularlo o asumirlo.
Sin duda, en buena medida por ello, porque sabe lo que está pasando y lo que va a pasar, el hombre contemporáneo dice tantas chorradas y se comporta de modo tan abiertamente enloquecido y estúpido, hasta ridículo.
Somos desvergonzados como los viejos. ¿Ve? Ni siquiera es necesario aclarar a qué me refiero.
¿Cuándo nació su pasión por la escritura?
Yo soy un escritor, más que vocacional, nativo. He escrito siempre. Cuando no levantaba un palmo del suelo no hablaba, pero sí leía y escribía.
La creación de ficciones y su formalización es mi manera de pensar, y no recuerdo haber tenido otra. Vista desde fuera supongo que esta predisposición mía no resulte fácil de entender, pero yo la llevo, obviamente, con la mayor naturalidad del mundo.
Soy una especie de animal o bicho literario. Le he encontrado cierto interés a publicar mis escritos en tiempos ya tardíos, pero la verdad es que llevo docenas de libros a mis espaldas, quién sabe cuántos miles y miles de páginas.
¿Por qué eligió ese título?
Por un lado, y tampoco es por casualidad, Natán es un nombre muy habitual dentro de la estirpe de los Rothschild, y los Rothschild… Quien no lo haya hecho ya, evitando tentaciones paranoides a poder ser, debería investigar la historia de esa familia.
Lionel Nathan de Rothschild, persona histórica de carne y hueso, es uno de los protagonistas de la novela, sin más. Pero claro, el enigmático profeta Natán de los tiempos de David y Salomón…El profetismo judeocristiano y su pervivencia hasta el presente…
El título ya anuncia el tipo de entramado que se le presenta al lector por delante, y aspira a aportarle algo así como una clave de lectura.
En el Grupo Editorial Europa agradecemos a José Carlos Turrado De La Fuente por sus maravillosas palabras y le deseamos buena suerte con su Libro de Natán
Queridos lectores, nos vemos la próxima vez con tantas novedades para leer…
¡Hasta pronto!
Rachele