«Para que una empresa nazca es necesario y suficiente que una o varias personas crean que montando un negocio pueden llegar a ganar dinero. Lo importante es que lo crean, estén o no en lo cierto. La realidad indica que un muy alto porcentaje de las empresas que se crean, no son viables. Hay estudios que demuestran que la mayoría desaparecen antes de 3 o 4 años. Pero otras subsisten, se mantienen y crecen…»
Queridos lectores, hoy vamos a hablar de Quo vadis domine-La Economía Fácil, escrito por Reynaldo Verger Enrico y publicado por el Grupo Editorial Europa
La Economía Fácil es un ensayo muy interesante que nos ayuda a aclarar, con sencillez y atención, muchos aspectos que afectan a la economía y su desarrollo en el mundo
Interesante ¿verdad?
¡Absolutamente sí!
Por lo tanto, en el Grupo Editorial Europa entrevistamos a Reynaldo Verger Enrico para conocerlo mejor y descubrir algo más sobre La Economía Facíl
A continuación ofrecemos la entrevista al autor
¡Buena lectura!
¿Qué le gustaría decirle a sus lectores?
Les invitaría a pensar mis textos dejando de lado muchos prejuicios y convencionalismos. Porque mis enfoques, en alguna medida, son poco convencionales. Lo cual es de mucha utilidad para comprender y evaluar correctamente los fenómenos económicos. La base del trabajo, tal vez un poco revolucionaria dentro de mi modestia, es comprender la realidad económica como lo que es: Una dialéctica entre cuatro fuerzas elementales: Los Trabajadores Asalariados, los Empresarios, el Capital y el Estado. En esta lucha, el Estado es, cada vez más, quien se lleva la mejor parte. Y a través de esta confrontación permanente, se va modificando la manera en que cada uno de ellos accede a la riqueza y también los comportamientos sociales.
Tenemos en la cabeza las viejas concepciones, desde Karl Marx de que la economía se cocina entre dos partes: el capital y el trabajo. Eso no existe más. Hemos pasado a una confrontación cuatripartita que es un juego de suma cero: Lo que una parte gana, lo pierden las otras. Y del equitativo reparto depende la vitalidad, el crecimiento y la subsistencia de nuestro sistema económico, que debemos alegrarnos, que es el mejor de cuantos han existido hasta ahora, que es la gallina de los huevos de oro, y que, por tanto, lo debemos cuidar cariñosamente.
¿Hay un momento en particular que le empujó a escribir este libro?
No, es el resultado de muchos años de asimilar información, de ir pensando, tomando notas , masticando y digiriendo ideas, hasta que al final tuve la fuerza de voluntad de intentar ordenarlo todo y tirar para adelante. Es complicado porque uno se va creando una especie de monstruo que va echando chispas y está allí flotando. Todo está entreverado y tal vez lo más complicado es poner orden en el avispero y clasificar todos esos pensamientos, que también están mezclados con sentimientos, lo cual a veces nos quita imparcialidad.
Pero también ha influido esa desazón que nos invade el alma cuando vemos que la sociedad en su constante deambular, y a través de decisiones colectivas muy difíciles de evitar, coge caminos suicidas. Y hay una desesperación por hacer algo para intentar evitarlo. Y este trabajo debe su existencia también a esa desesperación, a un intento por indicar, como lo haría Dios, los caminos malos y los caminos buenos, todo dentro de mi racionalidad de ortodoxia económica. Que la razón, la lógica, la geometría, como lo creían los antiguos griegos, se puede asimilar a Dios. Me gustaría que este intento mío, tuviera algún resultado positivo, pero no estoy nada seguro. Todo es muy complicado.
¿Cómo se propaga el desarrollo en el mundo?
Es un asunto complicado, pero intentaré resumir. En el mundo desarrollado, hay una constante que es el aumento de competencia para casi todas las empresas. Las empresas se defienden intentando abaratar sus costes de producción, y en particular lo relativo a la mano de obra y a los impuestos. Una de las soluciones es trasladar una parte o toda su producción a otro lugar, normalmente un país menos desarrollado que tenga unas condiciones mínimas en cuanto a infraestructuras, a seguridad física y a garantías jurídicas.
De esta manera hay un traslado de la producción a otros países menos desarrollados, lo que en la jerga actual se llama “deslocalización”.
En el país receptor se crea una nueva empresa, que puede ser jurídicamente una filial de la causante, o puede ser una nueva empresa que se crea ya con la promesa de una cartera de pedidos importante y va a lo seguro. Esta nueva empresa, necesariamente tiene acceso a una tecnología antes inexistente en el país. Necesariamente, hay trabajadores autóctonos a todos los niveles que conocen nuevas tecnologías, saben de nuevas máquinas, y para qué sirven, conocen los procesos de producción, qué materiales utilizar, dónde se compran, las diferentes calidades, las diferentes tolerancias, las especificaciones técnicas, etc. etc.
Por otra parte, esa nueva empresa necesita y para eso promueve la creación de nuevas empresas auxiliares, a las cuales tiene también que transferir parte de su tecnología.
Y por último, la nueva actividad dinamiza la economía del país y obliga a adelantos en las infraestructuras, carreteras, suministros de energía, etc. Todo lleva al desarrollo.
¿Cómo crecen y mueren las impresas?
Comencemos por hablar del nacimiento. Para que una empresa nazca es necesario y suficiente que una o varias personas crean que montando un negocio pueden llegar a ganar dinero. Lo importante es que lo crean, estén o no en lo cierto. La realidad indica que un muy alto porcentaje de las empresas que se crean, no son viables. Hay estudios que demuestran que la mayoría desaparecen antes de 3 o 4 años. Pero otras subsisten, se mantienen y crecen. Para que una empresa crezca, tiene que ganar dinero. Eso significa: y aunque parezca obvio, hay que decirlo: Significa que el dinero que reciben por sus ventas, supere a la suma de lo que paga por impuestos, por salarios, por compras a otras empresas, y por intereses y desgaste de máquinas, que es la remuneración del capital.
Por suerte, muchas empresas logran crecer, dando lugar a puestos de trabajo y dinamizando la economía. Don Karl Marx, un hombre con mucho pelo y barba, pronosticaba desastres. Es curioso como pronosticar desastres daba y sigue dando notoriedad y dinero. Marx pronosticaba la caída del capitalismo por la reducción de beneficios que se producía por la competencia. En efecto, cuando un negocio tiene éxito, otros entran a competir en él. De esta manera el beneficio va disminuyendo en todas ellas. Por diferentes razones, hay empresas que son más eficientes y otras menos. En el proceso en que la rentabilidad va decayendo, comienzan a caer las empresas marginales, es decir, las menos eficientes. Y aquí surge un problema muy grave, que es que algunas empresas al caer, son como agujeros negros que, en actos de desesperación, por la vía de impagar sus obligaciones, arrastran a otras en su caída. Una empresa lo que no puede hacer, es dejar de pagar los salarios. Si los deja de pagar, en pocos días, 4 o 5, tiene embargadas sus cuentas y no puede seguir su vida. De esta manera, todo el dinero que tienen lo emplean en sus nóminas. Y en sus últimos estertores
dejan un gran agujero negro de pérdidas para otras empresas y para el Estado, en procesos en los cuales, la actuación de la justicia deja mucho que desear.
¿Por qué eligió ese título?
Es una pregunta que puede ser una autopregunta o una pregunta a la sociedad: Dónde vas? Por supuesto que nadie sabe hacia donde vamos. A todos nos gustaría saberlo. Pero por lo menos deberíamos saber hacia dónde no debemos ir. Cuáles son los caminos que nos llevan a estadios de mayor felicidad?
A veces contemplamos con horror que estamos emprendiendo rutas sin salida. E incluso quienes promueven estas sendas saben que llevan al precipicio, pero cierran los ojos en una especie de ruleta rusa. En una actitud completamente irresponsable y tal vez complacidos, de que ya les tocará a otros arreglar el entuerto.
Además, siendo como soy nada religioso, me resulta un poco provocador, e incluso algo divertido emplear expresiones cargadas de profunda religiosidad como ésta del título.
En el Grupo Editorial Europa agradecemos a Reynaldo Verger Enrico por haber respondido a nuestras preguntas y le deseamos buena suerte con La Economía Facíl
Esto es todo por hoy… nos vemos la próxima…
Besos y abrazos
Rachele