«El viaje para mí más que una forma de vida, es la vida en sí…»
Queridos lectores, hoy vamos a hablar de La paz de los gorriones, escrito por Martín Guevara Duarte y publicado por el Grupo Editorial Europa.
La paz de los gorriones, es un libro genial que nos cuenta de historias entrelazadas y llenas de revelaciones, reflexiones y oportunidades.
La paz de los gorriones nos ha parecido tan atractivo e interesante que en el Grupo Editorial Europa entrevistamos a Martín Guevara Duarte para conocerlo mejor y descubrir algo más sobre su obra.
Ya estamos listos para leer nuestra entrevista…
¡Buena lectura!
¿Qué le gustaría decirle a sus lectores?
Lo primero que me gustaría decirles es que al amor la literatura me nace de una necesidad humana de entablar relación con los diversos otros yo. Cuando era niño me ocurrió literalmente así, la primera vez que una historia me atrapó me di cuenta que había una manera de ir hablando solo conmigo mismo por la calle con la cabeza en cualquier lugar sin que te tomasen por loco, y que encima además de liberar mundos interiores, charlas imaginarias, pendientes, deseadas o temidas, podía constituir un oficio, y esa forma era escribir. Y también leer. Lo segundo que les digo es que en mi caso, las historias de vida experimentadas, muchas veces en ámbitos de exploración, nunca sabré si las viví para contarlas un día, para describirlas, o de alguna manera estaba ya reflejado y lo que he hecho es ir cumpliendo un mandato literario
El libro “La paz de los gorriones” es un sentido conjunto de cuentos que de alguna forma se interrelacionan como ocurre en la vida misma.
¿Hay un momento en particular que le empujó a escribir este libro?
Había escrito tres libros de no ficción, testimoniales, los cuales los encontré absolutamente oportunos, pertinentes y necesarios, pero al cabo de ellos también hallé que ya era suficiente la narrativa en primera persona con fines críticos o meramente descriptivos sobre esa realidad de ángulos rectos y filos tan cortantes con fríos. Necesitaba abordar ese otro mundo no menos real, aunque menos tangible que es la ficción, que muchas veces ignoramos de cuantos elementos provenientes del deseo o del recuerdo, de la memoria o del apetito está compuesto.
Escribí un pequeño relato llamado Sicilia Bedda para un concurso de escritura autobiográfica sobre Sicilia, llamado Trinakria, en honor al nombre dado por los griegos a Sicilia por tener forma triangular. Había participado de un proyecto lindo y ambicioso de hacer un camino que atraviese toda la isla desde Trapani hasta el yacimiento arqueológico de Kamarina, en Scoglitti, recorriendo toda la absolutamente bella geografía de la isla. Y una vez pasado el evento me nació el deseo de escribir una historia que se desarrollase en Sicilia, Abruzzo, Roma, la Puglia, Cuba, Rusia, Hamburgo, y ese fue el primer cuento largo o petit nouvelle del libro.
¿En qué escritores se inspiró?
El primer escritor que leí, que me hizo enamorar de los libros y del mundo que podía contener y sugerir la escritura, fue un italiano universal, Emilio Salgari, todo lo demás se lo debo a él, todavía están como vivos en mi cabeza Carmaux y Van Stiller, o Tremal Naik y Kammamuri, presonajes secundarios de sus obras cumbres. También Jack London y Allan Poe cuando era adolescente, y nunca Verne. Después con el tiempo me deslumbró la literatura estadouunidense desde Mark Twain hasta Raymond Carver o Chandler. Los norteamericanos describen una pelea en un párrafo para lo que un europeo necesitaba un capítulo, están hechos para el movimiento, no se sabe si el libro precede a una película o la sucede, además inventaron al héroe absolutamente plebeyo y mal educado, que escupía y tomaba whisky, plagaba sus días de pequeños embustes, pero un día, de repente, le salía el acto más noble del que puede ser capaz un ser humano. Luego los franceses y españoles en la poesía, Pirandello, Pavese, Thomas Bernhard, Borges, Carpentier y Cortázar. Ahora llevo un tiempo leyendo todo lo que escribe el noruego Karl Ove Knausgaard
¿Qué representa el viaje para usted?
Buena pregunta. El viaje para mí más que una forma de vida, es la vida en sí. Ya sea el de la imaginación o el de las piernas y el movimiento hacia adelante, hacia otro sitio, otra cultura, otra lengua, donde lo primero y más importante que se aprende, es que todos somos lo mismo más allá de las diferencias culturas, ¡y que duren!, pero todos tenemos veinticuatro horas en que debemos comer, beber, ser vistos, mirar, escuchar ser escuchados, queridos en la medida de lo posible y muy deseable, reír cantar pensar y luego las formas en que eso se traduce en arte, pertenecen a cada uno, pero es independiente de sus tradiciones culturales sino de su condición personal, A veces pienso que yo viajo para encontrar a otros yo por el camino, como esas hormigas que chocas sus antenas para reconocerse, otras veces pienso que lo hago para conocer, para distenderme, para simular un borrón y cuenta nueva. En realidad al final no importa tanto el motivo sino el resultado, el aprendizaje, el disfrute, eso que nos legó Grecia y Roma, el hedonismo lo lúdico, la contemplación.
¿Por qué eligió ese título?
El título “La paz de los gorriones” nace de la historia de la orden de exterminar a esos pequeños pajaritos que dio Mao Zedong en China cuando se pensó de manera equivocada que ayudaría a mejores cosechas, y que provocó precisamente lo contrario ya que todos esos insectos que habrían sido banquete de los gorriones tuvieron carta blanca para destruir las cosechas. China debió importar ejemplares de los países considerados enemigos y entonces se repobló el inmenso país de estos pajaritos bajo la orden de cuidarlos y protegerlos. Lo que no sé es si la masacre china llegó a inscribirse en forma de sombra de temor en el ADN de sus primos extranjeros provocando que nunca más pudiesen sentir una paz absoluta. Ese es el significado pero inmediatamente me llevó a distintos significantes. En cada cuento le encontré un nuevo sentido al título. En todo caso, como siempre, encontré un significado simbólico lindo en la frase, pero también me cautivó el sonido de las palabras que la componen, porque para mí escribir es siempre salir a una pista de baile o a dirigir una orquesta de música, a veces se acentúa el ritmo, a veces la armonía.
En el Grupo Editorial Europa agradecemos a Martín Guevara Duarte por habernos dedicado su tiempo y le deseamos buena suerte con La paz de los gorriones.
Esto es todo por hoy… nos vemos próximamente con tantas novedades en puerta.
Un Abrazo
Rachele