«Esta historia, al estar basada en personas reales, resulta muy cercana. Me costó mucho separarme de las personas y construir personajes que tienen características como la de cualquier ser humano que vive con los problemas, que en este caso son los de lidiar con las garras del narcotráfico. Es una lucha desigual que la emprenden personas como vos, como yo, como cualquier vecino que le toca vivir algo extraordinario en su vida y tiene que lidiar con esa realidad y no caerse…»
Queridos lectores, hoy vamos a hablar de Yo quiero ser sicario, escrito por Eduardo Marostica y publicado por el Grupo Editorial Europa.
Yo quiero ser sicario es una novela basada en hechos reales que, a través de un lenguaje descriptivo hábil y profundo, nos cuenta lo que significa lidiar con las garras del narcotráfico. Los personajes son gente común, un profesor, una directora de escuela y estudiantes adolescentes que luchan entre sucumbir a una vida de delincuencia y la búsqueda de figuras de referencia en las que apoyarse para sobrevivir.
Yo quiero ser sicario, publicado por el Grupo Editorial Europa, nos ha parecido tan atractivo e interesante que hemos entrevistado a Eduardo Marostica para conocerlo mejor y descubrir algo más sobre su obra.
A continuación, ofrecemos la entrevista al autor…
¡Feliz lectura!
¿Qué le gustaría decirle a sus lectores?
Esta historia, al estar basada en personas reales, resulta muy cercana. Me costó mucho separarme de las personas y construir personajes que tienen características como la de cualquier ser humano que vive con los problemas, que en este caso son los de lidiar con las garras del narcotráfico. Es una lucha desigual que la emprenden personas como vos, como yo, como cualquier vecino que le toca vivir algo extraordinario en su vida y tiene que lidiar con esa realidad y no caerse. Buscan desmedidamente la felicidad y esta la entienden que debe ser junto a otros. En tiempos de individualismo extremo, esta es una historia de solidaridades. Lo que les pasa a los protagonistas no les es indiferente. La felicidad de uno es necesariamente la del otro, la incluye. Esa es la ética de mis personajes.
Lamentablemente, no puedo agradecerles abiertamente, ya que la situación de mi ciudad no me permite hacerlo y, por el contrario, debo encubrir su identidad.
¿Hay un momento en particular que le empujó a escribir este libro?
Mi ciudad está pasando un momento de muchísima violencia. El año pasado la tasa de homicidios supero en cuatro veces la de la media nacional. Precisamente lo que me conmovió de cada una de estas historias de vida. Esto no es nuevo, sino que viene ocurriendo y en in crescendo desde hace varios años. Trabajé en esos contextos y conozco los lugares, y los difíciles contextos para trabajar, para crecer, para vivir en definitiva. A las personas en las cuales basé mis personajes les tengo un gran afecto. Es un homenaje a su valentía de creer a pesar de todo.
¿En qué escritores se inspiró?
Tal vez en esta novela conviven elementos de Isabel Allende, que admiro por su narrativa fascinante. También aparece Herman Hesse por la oscuridad que sobrevuelan sus personajes y que reconozco que aparecen reflejados aquí, lógicamente, sin su maestría. También aquí hay elementos de José Saramago por lo desafiante, un cuestionador de las naturalizaciones, de los hábitos de sus personajes. Igualmente, hay matices de Milan Kundera por la profundidad reflexiva de sus personajes, tan existenciales. Por último y no menor en Roberto Fontanarrosa, por su maravillosa captación de la cultura de mi ciudad en sus relatos, retratando con fidelidad modismos tan propios de nuestra argentinidad y de los micromundos que se dan en la periferia.
¿Cuándo nació su pasión por la escritura?
Desde la adolescencia. De niño fui un lector voraz. Viajaba con las historias que leía. Pero a los 16 años tengo mis primeros poemas y canciones, un tanto producto de mis primeros amores. A los 20 escribí mi primer cuento “Cucarachas” muy kafkiano, aunque sin haber leído a quien supuestamente estaba inspirado mi cuento. A partir de allí leí toda su producción.
¿Por qué eligió ese título?
Porque es lo que le dice uno de los chicos, alumnos de la profe Lucía, a ella cuando les pregunta que querían ser cuando fueran más grandes y terminaran la escuela. Nico le dijo “Yo quiero ser sicario” y no era una broma ni una metáfora.
En el Grupo Editorial Europa agradecemos a Eduardo Marostica por haber respondido a nuestras preguntas y le deseamos buena suerte con Yo quiero ser sicario.
Esto es todo por hoy… nos vemos próximamente con tantas novedades en puerta.
Besos y Abrazos,
Rachele