«La poesía está a nuestro alrededor, que solamente hay que tomarla, como cuando uno pasea entre un campo de naranjos y, entre la madrugada sepia, el rocío y el invierno asomando, le entra hambre.
Así, la naturaleza, las cosas que suceden, los aciertos y los errores matemáticos de los acontecimientos, llenan a través de la poesía un vacío de no decirlos que necesariamente debe ser escrito…»
Hoy, vamos a hablar de «Ser Ser» un libro de poemas escrito por Enrique Urbano Ángel y publicado por el Grupo Editorial Europa.
He aquí algunas palabras sobre el autor…
Enrique Urbano Ángel (1990), nació en Palma de Mallorca.
En 2014 presenta su primera obra poética, Pequeña Muerte. Un año más tarde, publica Cópula.
En 2016, regresa con Fobia y, posteriormente, en 2018, con Los hijos de los nichos.
Por último, en 2019, publica La primera vez que es la última vez.
En el Grupo Editorial Europa entrevistamos a Enrique Urbano Ángel para conocerlo mejor y descubrir algo más sobre su libro «Ser Ser».
A continuación ofrecemos la entrevista al autor…
¡Buena lectura!
¿Cuál es su reflexión sobre el futuro?
Mi deseo alrededor del futuro se cierne en que se parezca lo máximo posible al presente.
Soy feliz en el momento en que vivo y, de momento, en el futuro no lo hago o todavía no lo he hecho.
Eso puede parecer una tesis algo acomodaticia, pero es que la felicidad es exactamente eso, la tesis sostenida del bienestar, y ese bienser solo se logra desde el momento presente, incluso ahora, justo ahora que hablo ahora del futuro, como si yo supiese algo de él, y con todo lo que él sabe de mí.
Dado que mi reflexión sobre el futuro la escribo en presente, solo le puedo pedir que me deje dónde estoy y que, en todo caso, envejezca él. Claro, ese sería en el mejor de los casos, pero uno va haciéndose abuelo y solamente le queda la esperanza de que, en un futuro, le pregunten otra vez por el futuro.
¿Hay un momento en particular que te empujó a escribir este libro?
Sí, septiembre.
Septiembre como año nuevo, septiembre como el banco de La Rambla.
Normalmente en verano decido el título del que puede ser mi próximo libro.
Sin embargo, no es hasta septiembre cuando decido si voy a escribirlo.
Con «Ser Ser»no fue diferente, a pesar de ser un libro distinto a sus predecesores, en tanto en cuanto, cumpliéndose los paradigmas de las nuevas distancias, sí traté de darle un tono intimista para que nosotros; el lector o la lectora, y yo, hablásemos de lo que somos, no tanto desde nuestros nombres, sino desde nuestros verbos.
En unos tiempos en los que ya empezábamos a conjugar los nombres y a adjetivar los verbos.
El libro cae directamente de la necesidad de reencontrarnos con nosotros, cada uno con el suyo, cada una con la suya, irrumpe así derecho desde la soledad obligada, que es la única soledad que nos procura a todos sentirnos solos.
¿Cuánto vale la esperanza para usted?
Vale menos que el deseo sobre ella.
La esperanza vale lo mismo que es. La esperanza es un hermosísimo estado en el que, cuando se llega, la atmósfera no se puede respirar.
Lo verdaderamente necesario para sobrevivir, desobedecer y escapar es desear la esperanza. Tener esperanza no significa más que desear esperanza, pero desearla sí es, en mucho, más que la esperanza.
Quizás el deseo puede que sea la propia esperanza, pero, en cualquier caso, es una palabra vacía que necesitamos tener llena, como la de “libertad”, o esa que dice “Dios”. Urge llenarlas porque de esas que vacías pesan más que llenas.
El deseo de esperanza es, sin ninguna duda, lo que nos mantiene en pie, lo que nos hace sobrevolar todo lo inalcanzable.
Sin eso, ¿qué? ¿El mundo sin amor? ¿Los días sin luz? ¿El mar sin azul? Pues, que ese sea el único mal que cien años nos dure.
¿Cuáles son los sentimientos que inspiran su poesía?
La amistad, la juventud, la soledad, la vida, la muerte y, en fin, el amor.
Todo aquello capaz de transitar como una pelotita entre los estados de ánimo.
Entiendo que la poesía está a nuestro alrededor, que solamente hay que tomarla, como cuando uno pasea entre un campo de naranjos y, entre la madrugada sepia, el rocío y el invierno asomando, le entra hambre.
Así, la naturaleza, las cosas que suceden, los aciertos y los errores matemáticos de los acontecimientos, llenan a través de la poesía un vacío de no decirlos que necesariamente debe ser escrito.
La literatura, la música, el Carnaval de Cádiz y las conversaciones son, para mí, el mejor guano para ese abundante bosque.
Cito a las conversaciones porque, además del arte, escuchar a los demás es el camino más corto para el viaje más lejano, una posibilidad regalada de observar desde otro lugar y, además, de hacerlo después, no cuando todo ha pasado, sino cuando vuelve a pasar.
¿Qué influencia tiene el contexto social en su poesía?
Es inevitable que el contexto social impregne cualquier cosa que hagamos.
Corrijo lo de “inevitable” por “imprescindible”. Sin los ojos abiertos, -todavía- no se ve.
Cierto es, no lo voy a negar, que puede resultar atractiva la idea de mantenerse al margen de la realidad.
Pero darle la espalda a lo que sucede, no quita que lo que esté sucediendo a ti también te suceda.
La amplitud del término comunidad, debe extenderse al de humanidad, estamos donde estamos y sin estar donde estamos, no se puede vivir.
Parece obvio entonces que mirar hacia otro lado es apartar la vista mucho más que escapar. Y eso que escapar, ya es mucho más que huir. Ahora, deberíamos preguntarnos ¿Qué influencia tiene la poesía en la transformación social? ¿Poca? ¿Mucha? ¿Depende de quienes escriben? ¿Depende de quienes leen? Ojalá que mucha, ojalá. Y que dependa de quien lee y de quien escribe, y nunca de quien compra y de quien vende.
En el Grupo Editorial Europa agradecemos a Enrique Urbano Ángel por haber respondido a nuestras preguntas y le deseamos buena suerte con su libro «Ser Ser»
Deseo a todos nuestros lectores disfrutar de esta lectura…
¡Hasta pronto!
Rachele