«Para mí escribir es un encuentro personal, en la clandestinidad de gentes que no se conocen, ni llegarán a hacerlo, de distintas generaciones probablemente, que se ponen de acuerdo para decir, uno de ellos y escuchar el otro, en silencio…»
Queridos lectores, hoy vamos a tratar de Teselas de un tiempo ido, escrito por Mariano Marín Rodríguez Rivas y publicado por el Grupo Editorial Europa
Teselas de un tiempo ido es un libro maravilloso que vale la pena leer, es un suave homenaje a los recuerdos de la primera infancia del autor, hasta su juventud.
Todo esto camino de vida se desarrolla a través de la España durante los años de la Guerra Civil
Un emocionante retrato y una dulce mezcla de acontecimientos históricos y recuerdos inocentes de niño.
El deseo de profundizar en estos contenidos es tan fuerte que en el Grupo Editorial Europa entrevistamos a Mariano Marín Rodríguez Rivas para conocerlo mejor y descubrir algo más sobre su libro Teselas de un tiempo ido
A continuación ofrecemos la entrevista al autor…
¡Feliz lectura!
¿Qué le gustaría decirle a sus lectores?
Para mí escribir es un encuentro personal, en la clandestinidad de gentes que no se conocen, ni llegarán a hacerlo, de distintas generaciones probablemente, que se ponen de acuerdo para decir, uno de ellos y escuchar el otro, en silencio.
El que escribe debe hacerlo mirando el retrovisor, que es el manantial de las ideas.
El que lee, abrumado probablemente, tiene abiertos los diferentes caminos de la interpretación. Puede sentirse halagado, ofendido, incluso aburrido.
De él se espera que la paciencia sea una de sus virtudes y sufra con generosidad las limitaciones del escritor.
Si por fortuna el libro es de su agrado, será generoso en su juicio y cordial con el mismo, amable en su trato irá pasando las hojas suavemente, como el velero va dejando a su popa los sucesivos cabos, murmurando sus nombres.
¿Hay un momento en particular que le empujó a escribir este libro?
No hay momento especial para escribir. Cualquiera de los momentos es bueno y suficiente si tiene la esperanza de un lector.
Los hay singulares, como es el caso del náufrago que recurre al mensaje que introducirá en una botella, con la esperanza de que el Océano sea piadoso, y cumpla tan singular operación, y las olas hagan la danza adecuada para que en sucesivos empujes y sucesivos rumbos, el cómplice cristal, superando a las viajeras golondrinas, alcance su meta.
Lo es también cuando, cruel, el ganadero planta el hierro candente con su firma en la sabrosa nalga del animal. Es momento adecuado cuando la sucia palabra, en el viejo muro, se muestra ofensiva y coopera en la venganza.
¿Qué representa el recuerdo para Ud.?
Poner en orden la memoria de las experiencias por mí vividas, en principio las de chiquillo, al haber sido esta una época de gran dureza y singularidad, que podría interesar su relato a algún inquieto desocupado, que hubiera pasado por las mismas o parecidas circunstancias, y llegado a las mismas, o a radicalmente opuestas conclusiones.
Posteriormente, la enloquecida fuerza desbocada de una recién estrenada libertad, que me inclinaba a buscar la compañía de mis semejantes, en fecunda asociación de incidentes.
Todo ello orlado día a día por la disciplina impuesta por las clases de violín, durante un par de años; de pintura los siguientes.
Pero en cualquier caso, debo advertir que la imprecisión en el orden cronológico pretendido se debe a que, ocurridos los hechos en la lejanía, su contorno es difuso, aunque veraz en extremo el contenido, pues no se trata de un trasvase de conocimiento, sino de retazos de experiencias personales con las que pretendo hacer un mosaico del que sin duda faltan unas cuantas teselas, que se fueron con el viento, barloventeando yo a lo largo de una larga vida.
¿Cómo empezó su experiencia de autor?
Para mí escribir ha sido una necesidad imperiosa, que ha estado latente a lo largo de mi vida, sin atreverme a salir de mi rincón de lector, quizás por timidez, pues la aventura con la pluma me parecía de una tremenda audacia, porque si el dibujo se mostraba esquivo conmigo, pese a ser instrumento fundamental en mi profesión de arquitecto, qué no sería la imagen bajo el misterio de las letras…
Fue cuando abandonado por mi profesión, insultado con la palabra de anciano, decidí crear mi particular arquitectura de las palabras. Tenía un espacio en el que poner en orden las palabras, bajo unas leyes venidas de la lejanía del tiempo que cumplir, una tradición y unos materiales que utilizar. Nada menos que la lengua Castellana entre ellos. ¿Habrá lengua más noble? Su sonoridad y las normas que la regulan son antañonas, pero con una viveza que deslumbra.
¿Qué van a encontrar los lectores entre las páginas de su libro?
El avispado lector, que diría algún periódico, de otro tiempo encontrará una ciudad que le es familiar, de la que conoce la levedad y la furia de su lluvia implacable y de su tímido sol.
Le serán familiares las gaviotas, que siguen esperando inútilmente el regreso de los pesqueros. Espero haber sido capaz de transportar al lector a ese mundo de sensaciones vividas y experimentadas en primera persona.
En el Grupo Editorial Europa agradecemos a Mariano Marín Rodríguez Rivas por sus maravillosas palabras y le deseamos buena suerte con su libro Teselas de un tiempo ido
Esto es todo por hoy, ¡nos vemos la próxima!
Rachele