«Estamos asistiendo al deterioro progresivo de nuestro Planeta, los Estados y las organizaciones de todo tipo, lo utilizan como un ritual ad hoc, sin el menor interés en poner coto a la deriva terrestre a la que nos encaminamos…»
Queridos lectores, hoy vamos a hablar de Entremares, Rodas, escrito por Moncho Rouco De La Fuente y publicado por el Grupo Editorial Europa
Entremares, Rodas es una novela muy interesante y cautivadora que nos abre los ojos sobre el comportamiento del ser humano y su responsabilidad hacia la Tierra y el medio ambiente, una invitación a reconsiderar las prioridades de la humana existencia…
Interesante… ¿Verdad?
Por lo tanto, en el Grupo Editorial Europa entrevistamos a Moncho Rouco De La Fuente para conocerlo mejor y descubrir algo más sobre Entremares, Rodas
¡Aquí tenéis la entrevista!
¡Feliz lectura!
¿Qué le gustaría decirle a sus lectores?
Me gustaría, inicialmente, saludar a quienes tienen la novela, ENTREMARES, RODAS, entre sus manos y poder aclararles algunos conceptos que les serán de utilidad, como hoja de ruta, en el transcurrir de todos los estadios del que se compone el relato.
En ningún caso se trata de una novela de “ciencia ficción” al uso. Como mucho podríamos acordar que se aproxima más a la “eco ficción”. No existen “guerras de las galaxias”, ni los seres exteriores son verdes, ni caminan desnudos… Es mucho más sencillo. Piensen, por un instante, en una civilización que lleve más de cien millones de años de adelanto, en el conocimiento, con los seres humanos… Coincidirán conmigo que no precisan batallitas, ni les serviremos como alimento… Como mucho podremos ser motivo de “curiosidad”…
A estas alturas, el conocimiento, ya ha descartado que nos encontremos ante un Universo vacío. NO ESTAMOS SOLOS y es evidente que el ser humano se encuentra en los albores de la evolución.
Amigos lectores, comienzan a leer una novela y que, como tal, tiene una estructura al uso…, basada en la saga de una familia, que con el transcurrir de los años desarrolla un estrecho vínculo entre el devenir de un planeta, La Tierra, en riesgo claro de degradación, con un responsable único, la especie humana.
Entre la diversidad terrestre, sólo el homo sapiens es capaz de destruir el planeta que lo sustenta.
Les deseo un buen viaje, en compañía de Roque Lema, filósofo errante, y su familia…, que lo disfruten.
¿Hay un momento en particular que le empujó a escribir este libro?
La realidad es más sencilla, no se trata de un proyecto improvisado, más bien, es consecuencia de un modo de reaccionar ante el desastre evolutivo al que está sometido nuestro planeta. Desde siempre, me he considerado una persona proactiva. Me implico, a la hora de combatir los desastres medioambientales que estamos sufriendo. El calentamiento global, el CO2, la elevación del nivel de los mares, con su irremediable acidificación, no es un titular aleatorio de los noticiarios, en base relleno.
Estamos asistiendo al deterioro progresivo de nuestro Planeta, los Estados y las organizaciones de todo tipo, lo utilizan como un ritual ad hoc, sin el menor interés en poner coto a la deriva terrestre a la que nos encaminamos.
Mis tiempos de escritor son recientes, más bien soy un principiante en este gremio, aunque siempre estuve vinculado a la lectura y a escribir, ocasionalmente, artículos de opinión, publicados en medios de comunicación, impresos o digitales. Mi vida profesional ha estado dirigida a la Construcción, como Arquitecto Técnico y Constructor. Quizás, mi reciente paso a la “reserva” ha acelerado el tiempo de hacer más patente, si cabe, mi admiración por Rodas, la mejor playa del mundo, y darle forma a la necesidad interior de aportar mi grano de vida en la lucha que millones de ciudadanos llevamos a cabo, en contra del cambio climático, con tendencia a la desaparición de este planeta.
¿Qué representa el viaje en su novela?
Buena pregunta, de hecho, podría responder al modo de… “Me alegra que me haga esta pregunta…”
El viaje en ENTREMARES, RODAS, es el inicio, el intermedio y el final…, sin pausa y en modo contínuo. En las primeras hojas, Roque, el protagonista principal, aunque no el único, de la novela, sufre una singularidad de tal calibre que, en el “espacio-tiempo” de un instante, atraviesa una línea que modificará el resto de sus días. Rompiendo, radicalmente, el dramático camino que tenía pensado emprender.
Todos y cada uno de los estadios de mi novela se ven afectados por desplazamientos, en modo viaje, o no…, pero que modifican, de plano, el entorno del relato. Si el lector procuraba una lectura sosegada y armoniosamente inerte…, lo lamento, se ha equivocado de novela.
Sobre estas páginas existen corrientes de expresión y vivencias que situarán al lector en constante reajuste del asiento en el que reposa…, salvo que se encuentre en posición erguida, que en ese caso, continuará el sendero, con seguridad.
Antón Lema y su hermana Iria, hijos de Roque y Sabela, no conocen la estática, son compulsivos admiradores del gerundio, en modo presente continuo…, ustedes me entienden.
Como curiosidad, un pequeño detalle. La novela inicia el relato en la primavera del año 2001 y finaliza, 617 páginas más tarde, en el verano del 2062. Les puedo asegurar que el relato transcurrirá por los cinco continentes terrestres, además de atravesar varios multiversos… Amigos lectores, el viaje…es la novela.
¿Cuándo nació su pasión por la escritura?
La pasión por la escritura no se implanta por generación espontánea, la pasión por la escritura se cultiva, se cosecha, y en función del riego adecuado en forma de lectura, a lo largo de la vida, fructifica. Toma forma y pone en marcha relatos…,manuscritos.
La lectura es el inicio del todo. Sin aquellos primeros balbuceos, por sílabas, nunca podríamos haber llegado al relato y de ahí a la creación de relatos.
Siempre recordaré aquellos remotos tiempos de mi infancia. Los vecinos, asombrados, se asomaban a la puerta de mi casa, la de mis padres, siempre entreabierta, para ver a un crio de poco más de cuatro años, leyendo de manera entrecortada, pasajes de El Quijote. Cada ciertas páginas, aquel niño, soltaba risotadas con aquellos dibujos, al carboncillo, en los que aparecían Sancho, El Quijote, molinos de viento o Dulcineas… Desgraciadamente, aquel libro desapareció entre el transcurrir de las décadas, pero siempre quedará en mi recuerdo, el principio de algo maravilloso que estaba impreso en algo que las personas mayores llamaban libro. Aprender a leer fue el principio…, a continuación, años, muchos años más tarde, apareció entre mis manos la posibilidad de realizar relatos, con mayor o menor destreza, que pudieran ser leídos por otros lectores. La pasión por la escritura no nació, creció entre libros…
Con decirles que mi primera novela tiene por título SOÑO DE INFANCIA, escrita en galego, mi lengua materna.
¿Por qué eligió ese título?
Como ya les indiqué anteriormente, la novela se inicia en la Playa de Rodas, un paraje único, bellísimo, situado en Las Islas Cíes, a la entrada y amparando la Ría de Vigo, allá…, en mi Galicia natal. Rodas se sitúa a resguardo del Atlántico del océano con carácter. Sus finas arenas, siempre acariciadas por una ría con espuma en su orilla, con sabor a vida… Incluso, Entremares, se sitúa una pequeña laguna que es conocida como A Charca dos Nenos, por razones obvias…, la seguridad del baño infantil está garantizada.
En tiempo ya lejano, en pleno proceso de cambio político en España, aunque fuese más aparente que real, mediada la década de los setenta, del pasado siglo XX, ocurrió que finalizados mis estudios universitarios, con apenas veintiún años, pasé a ser vecino de Vigo. Todos los amaneceres se reflejaban en mis sentidos, con las Islas Cíes al fondo. No era un decorado al uso, era, fue, una forma de vida. Las acampadas a cielo descubierto, los sueños de verano, los ascensos al Faro, los senderos plagados de helechos y aquellos rincones con sabor a sexo convexo…, marcaron una impronta imborrable. Y todo ello en un tiempo en el que todo estaba prohibido, salvo el santo aburrimiento.
Los años transcurrieron, mi vida profesional derivó en desplazamientos diversos por la península, hasta recalar en Las Islas Canarias, en el Sur de Tenerife y decidir, a fuerza de sentirme bien, que este sería mi lugar de residencia…, hasta el presente.
El futuro está por llegar, no me ocupa… Lo que si permanece en mi memoria es Rodas, las Islas Cíes y el encanto de lo vivido.
En el Grupo Editorial Europa agradecemos a Moncho Rouco De La Fuente por habernos dedicado su tiempo y le deseamos buena suerte con su maravilloso libro Entremares, Rodas
Esto es todo por hoy… nos vemos la próxima…
¡Besos y abrazos!
Rachele