«Con la poesía puedes mirarte de diferentes maneras, puedes ver tus sombras y, todos sabemos, que no es fácil iluminar nuestras zonas umbrías. Al desnudarnos mostramos nuestras fragilidades, por eso solemos retrasar el momento de enfrentarnos a ellas».
«Instantes, ausencias y amores» es un poemario de Santiago Villar Pallás y publicado por el Grupo Editorial Europa .
Santiago Villar Pallás es licenciado en Filosofía, en Psicología por la Universitat de Barcelona y en Psicopedagogía por la UNED.
«Instantes, ausencias y amores» es un poemario publicado por el Grupo Editorial Europa.
Cada poema de esta colección nos habla de las luces y sombras que caracterizan nuestra existencia.
Este libro quiere ser una invitación a vivir positivamente el flujo del cambio y aprender a tener el valor de afrontar de manera constructiva nuestro destino.
En el Grupo Editorial Europa entrevistamos a Santiago Villar Pallás para conocerlo mejor y descubrir algo más sobre su libro «Instantes, ausencias y amores».
A continuación la entrevista al autor…
- ¿Qué significa para usted “el cambio?
Preguntar por el cambio es preguntar por la vida.
Pensaba Heráclito que todo fluye, que no puedes bañarte dos veces en el mismo río.
Por otro lado, Parménides insistía en la necesidad de la permanencia.
Al vivir te das cuenta de que somos hijos del tiempo, que todo cambio o permanencia es un asunto del presente.
Así, los que insisten en la permanencia se refugian en el pasado y los que aspiran al cambio nos hablan del futuro.
Decía Machado que “se canta a lo que se pierde” porque intuyó que no es posible nuestra identidad personal (que implica cierta permanencia) sin la memoria.
Y Nietzsche supo que no podríamos hacer promesas sin no existiese el cambio.
El poemario es un esfuerzo por desbrozar la relación entre el ser y el tiempo, la ausencia que a todos nos acecha y la constatación que nuestros amores nos definen.
- ¿Hay un momento en particular que le empujó a escribir este libro?
Quizá el hecho más crucial que me empujó a escribir el poemario fue la muerte de mi madre. De hecho, el libro está dedicado a ella.
“A América, que me enseñó a no olvidarme del niño que llevo dentro”.
El lenguaje nos sirve para dar un sentido y ordenar lo que pensamos y lo que sentimos.
De hecho, con la poesía puedes mirarte de diferentes maneras, puedes ver tus sombras y, todos sabemos, que no es fácil iluminar nuestras zonas umbrías.
Al desnudarnos mostramos nuestras fragilidades, por eso solemos retrasar el momento de enfrentarnos a ellas.
Creo que tenemos que ser valientes, ser capaces de reconocer nuestras heridas y nuestras noblezas. Escribir es un acto impúdico del que nunca sales indemne.
- ¿Qué representa el pasado en su vida?
Nuestra identidad es nuestra memoria.
Todo pasado es una invención, es decir nadie nos puede aleccionar sobre cuál es nuestra verdadera historia o que es lo que realmente ocurrió.
Si todo son interpretaciones nunca podremos dejar de leer, de encontrar nuevas formas de comprensión.
Borges estaba más orgulloso por lo que había leído que por lo que había escrito, por eso creo que el pasado se puede reformular constantemente.
La escritura en cierto modo codifica una interpretación y, por lo tanto, es en el diálogo dónde se puede sopesar las distintas miradas. Mi mayor ambición con el poemario ha sido dialogar con mis posibles lectores.
Finalmente, creo que lo que hacen tanto los poetas como los psicólogos es empaquetar el pasado de distintas maneras para que uno pueda conocerse mejor.
- ¿Es el destino algo que sucede o que creamos con nuestras acciones?
Creo que decide más el carácter que el destino.
Realmente, no podemos cambiar lo que nos ocurre, pero si somos soberanos a la hora de interpretar, comprender, pensar y sentir el presente y, a su vez, nuestra herencia.
En la medida que somos capaces de comprender lo que somos podemos escribir nuestro propio guion de vida.
Albergo la esperanza que el lector encuentre un verso que le sirva para tomar algunas riendas de su propio destino.
- ¿Qué influencia tiene el contexto social en su poesía?
No hay creación fuera de un determinado contexto histórico y social.
La pretensión hegeliana de un conocimiento absoluto implica aceptar que existe una verdad ajena a los intereses sociales del momento histórico en el que se ha fraguado.
En los antípodas hay pensadores que sostienen que la verdad es un delirio colectivo.
Desde mi punto de vista el contexto social condiciona, pero no determina.
Para Marx nuestra identidad es el resultado de nuestras idiosincráticas condiciones materiales, mientras para Weber no podemos obviar nuestros ideales, nuestros valores.
Así, todo poema se gesta en un contexto determinado, pero a su vez aspira a una verdad útil para diferentes contextos.
Por eso, me siento feliz cuando a un lector se identifica con un verso, cuando se dice a sí mismo: “esto me sirve”.
En el Grupo Editorial Europa agradecemos a Santiago Villar Pallás por haber respondido a nuestras preguntas y le deseamos buena suerte con su libro «Instantes, ausencias y amor» .
Deseo a todos nuestros lectores disfrutar de esta lectura porque los libros siempre tienen algo que enseñarnos…
¡Besos y abrazos!
¡Hasta pronto!
Rachele