«Matavacas es una locura que empieza fuerte. Si son capaces de seguir leyendo, verán que la cosa se desmadra cada vez más y el final terminará por espachurrarles el cerebro con un martillo. El humor negro y la poca vergüenza está presente durante toda la historia, que no pretende otra cosa que divertir y aparcar las preocupaciones del día a día…»
Queridos lectores, hoy vamos a conocer a Matavacas, escrito por Claudi Rodríguez Muñoz y publicado por el Grupo Editorial Europa.
Matavacas es un libro al que estoy muy encariñada; es una novela genial envuelta en una dimensión alternativa, a veces casi onírica. El hilo de la narración se desarrolla en torno al personaje de Kroto, un hombre excéntrico, sin filtros ni superestructuras, que captará la atención del lector entre ironía, sin sentido y asombro.
Quieren leerlo ahora, ¿verdad?
Es por eso que en el Grupo Editorial Europa hemos decidido charlar con Claudi Rodríguez Muñoz para poder descubrir algo más sobre Matavacas.
Ya estamos listos para leer nuestra entrevista…
¿Qué le gustaría decirle a sus lectores?
Lo primero que debo hacer es agradecerles su tiempo y que le den la oportunidad a los autores noveles como yo.
Lo segundo, que no se asusten.
Matavacas es una locura que empieza fuerte. Si son capaces de seguir leyendo, verán que la cosa se desmadra cada vez más y el final terminará por espachurrarles el cerebro con un martillo. El humor negro y la poca vergüenza está presente durante toda la historia, que no pretende otra cosa que divertir y aparcar las preocupaciones del día a día.
Yo tengo un trabajo corriente y una vida tranquila, así que necesito evadirme con videojuegos, películas, cómics y novelas donde ocurren cosas increíbles. Ser el autor de historias así es una cura contra el aburrimiento y poder compartirlo con amigos, familiares, compañeros y desconocidos es maravilloso.
Si habéis leído el libro y os ha gustado, sería genial que lo recomendéis a vuestros conocidos. ¡El boca a boca ayuda muchísimo!
¿Hay un momento en particular que le empujó a escribir este libro?
Empecé a escribir la que iba a ser mi primera novela hace casi diez años. La idea me encantaba, pero era compleja y no tenía experiencia. La historia no terminaba nunca, recortaba textos y capítulos enteros y añadía otros tantos.
Nunca estaba satisfecho y no veía la luz al final del túnel. A ese proyecto se le sumaron otros tantos y, como suele ocurrir, era incapaz de terminar ninguno. Siempre surgen ideas nuevas que me gustan y tengo la costumbre de aparcar proyectos a medias para iniciar otros nuevos. Me sentí frustrado por este motivo durante varios años.
Fue entonces cuando me propuse escribir una novela cortita en una libreta. Esta vez la quería escribir del tirón, de principio a fin, sin complicarme la cabeza. Una historia totalmente absurda donde valía todo. Como era tan divertida de escribir no quería dejar de hacerlo, así que finalmente logré terminar mi primer proyecto.
Tardé solo un mes en escribir el texto original. Sin embargo, pasarlo a ordenador, pulir el texto, corregir las faltas y buscar editoriales me llevó más de dos años.
¿Qué representa Kroto?
Kroto no tiene otro fin que encontrarle el sentido al sinsentido de su existencia. Por muy absurdo que sea, en el fondo es un tema bastante profundo.
Los humanos sabemos como funciona esto de la vida; Naces, creces, te reproduces, te mueres y si tienes suerte te reencarnas en una marmota. Pero no saber quién eres ni de donde vienes, no comprender lo que sucede ni por qué sucede, ver que los demás te conocen pero que tú no los conoces a ellos y ver que ellos comprenden lo que tú no comprendes en absoluto tiene que ser horroroso.
Es un personaje que sale de la nada, que se siente incómodo en todas las situaciones posibles pero que intenta adaptarse. Es pura desesperación y tenacidad. Por mucho que le golpeen, que se rían de él, por mucha mierda que tenga que tragar, Kroto continúa porque no le queda otra. Es un ejemplo de madurez, ya que el mundo real es mucho más absurdo de lo que nos habían vendido y tenemos que afrontarlo como sea. Pero eso sí, si puede ser, hagámoslo con un poco de humor.
¿Cuándo nació su pasión por la escritura?
De pequeño me gustaba crear personajes similares a los que veía en los cómics de «Mortadelo y Filemón». Las historietas no solo se tenían que dibujar, sino que además había que escribir unos diálogos. Supongo que todo empezó ahí.
Luego me animé con el verso. En el colegio escribí un poema dedicado a mi tortuga muerta y otro sobre un hombre que se iba al infierno porque había matado a un niño. Recibí varios premios y pensé que a lo mejor el dibujo no lo era todo.
En mi adolescencia escribía análisis y opiniones sobre videojuegos en un blog. Por aquel entonces, mi hermana me dejó un libro de Bukowski llamado «Factotum». Me sorprendió ver que no todos los libros eran un coñazo ni todos los autores eran serios y aburridos.
Empecé a interesarme por Bukowski y, mientras leía, seguía escribiendo en mi blog. Recuerdo que subí una entrada que no tenía nada que ver con videojuegos, sino con mis dramas personales. Aquello terminó derivando en textos sueltos que intentaron convertirse en una novela.
Aparqué ese proyecto para centrarme en algo más pequeño al que llamé Matavacas.
¿Por qué eligió ese título?
Matavacas es el apellido de Kroto Matavacas, el personaje principal de esta novela. El origen de su nombre es tan absurdo como la propia novela que protagoniza.
Se me pasó por la cabeza la imagen de un señor montado encima de un cerdo en el espacio exterior y, por algún motivo, me acordé de Koto Matamoros. No pensé en él directamente, sino en un tipo que tuviese un nombre parecido. Koto se parecía a escroto, pero no quería ser tan directo. ¿Quién es el prota de esta historia, pues? Es Kroto. Básicamente, un chiste malo.
Matamoros suena agresivo y ofensivo, así que pensé en algo similar. Matasuegras, Matajudíos, Mataniños, etc. Y le llamé Matanegros. Era horrible y me encantaba. Se lo comenté a varias personas y todas me dijeron que le diese una vuelta. Propuse varios apellidos, entre ellos Matavacas, y un compañero de trabajo me habló de un concido de su pueblo que casualmente se llamaba Matavacas. Lloraba de risa mientras me contaba una historia disparatada.
Encontré justo lo que andaba buscando.
En el Grupo Editorial Europa agradecemos a Claudi Rodríguez Muñoz por su disponibilidad y le deseamos buena suerte con Matavacas.
Este es todo por hoy, nos vemos próximamente con tantas novedades en puerta…
Besos y Abrazos
Rachele