«Hay una cosa que tenemos todos en común y que nos une: el miedo. El miedo nos debilita y nos paraliza, pero bien entendido, también nos une y permite que podamos empatizar unos con otros. Viéndolo así, es una emoción muy positiva…»
Queridos lectores, hoy vamos a averiguar sobre En el principio era el MIEDO, escrito por Brigitte Burchartz y publicado por el Grupo Editorial Europa.
En el principio era el MIEDO es un relato cautivador y lleno de verdad que nos dará un gran aliento para cambiar el rumbo de nuestras vidas… el miedo no debe detenernos, sino animarnos a ser mejores…
En el principio era el MIEDO nos ha parecido tan atractivo que en el Grupo Editorial Europa hemos decidido conversar con Brigitte Burchartz para descubrir algo más sobre su obra…
¡Acá está la entrevista!
¿Qué le gustaría decirle a sus lectores?
Pues, en primer lugar, muchísimas gracias por leerme y espero que la lectura del libro les haya sido muy útil.
Creo que todos y cada uno de los lectores puede verse reflejado en este libro o en parte de él.
Intenté mantener un lenguaje sencillo, incluso cuando hablo de conceptos bastante teóricos y científicos. Para mí es muy importante que todas las personas puedan comprender el fondo del tema y ver más allá de lo que es aparente a primera vista.
El objetivo del libro es unir a la humanidad. Hay demasiada intención en este mundo de separar a la población, dividirnos y polarizarnos en hombres contra mujeres, derecha contra izquierda, creyentes de una religión en contra de otros, etc. Pero hay una cosa que tenemos todos en común y que nos une: el miedo. El miedo nos debilita y nos paraliza, pero bien entendido, también nos une y permite que podamos empatizar unos con otros. Viéndolo así, es una emoción muy positiva.
¿Hay un momento en particular que le empujó a escribir este libro?
Sí, fue claramente el inicio de la mal llamada pandemia, cuando observé como el miedo que empezaron a crear en la población, a través de mensajes masivos e ininterrumpidos 24/7 en los Medios de Manipulación Masiva generaron una tan enorme psicosis de masas como jamás había visto con anterioridad. Personas inteligentes y cultas se convirtieron de la noche a la mañana en monigotes obedientes y dóciles por un único miedo: el miedo a la muerte. Permitieron que les arrebataran incluso sus Derechos Humanos y Fundamentales. Me costó muchísimo creer lo que estaba pasando. Sentía que estaba viviendo en una pesadilla de la cual me iba a despertar de un momento a otro. Pero no fue así. Necesité más de dos años para encajar aquello y ponerme a escribir.
En este tiempo había conocido a muchísimas personas que vivieron los acontecimientos que comenzaron aparentemente en marzo/abril del 2020 de forma muy parecida a mí. Al conocer a estas personas más a fondo comprendí que también ellas tenían miedos… miedos muy parecidos a las personas que temían morirse de un virus, solo que colocaban sus miedos en otros temas.
Esto fue finalmente lo que me ayudó a darme cuenta hasta qué punto los miedos nos podrían unir.
¿En qué escritores se inspiró?
Llevo toda la vida leyendo, estudiando y formándome lo cual me ayudó a descubrir muchísimos autores muy interesantes. Es imposible nombrarlos todos, aunque en la bibliografía del libro aparecen la mayoría de ellos. También hay muchos con los que no estoy nada de acuerdo, aunque me fue muy útil leerlos.
Conocí a muchísimos autores más cuando me formé como terapeuta. Como también tengo mi propia escuela de formación en la que enseño a futuros profesionales en Terapia Psico-Corporal·Núcleo y Movimiento, empecé a ordenar y organizar todos los autores y conocimientos adquiridos. Esto fue también muy importante para poder escribir este libro.
Aunque no hay nada publicado de él y solo dispongo de los apuntes de clase, con quien más aprendí fue con mi maestro Marc Costa Seguí. Junto a él quiero nombrar a los que más me inspiraron: L. v. Bertalanffy, H. Maturana y F. Varela, F. de Waal, K. Terry, H. Schöning, C. Rodrigañez y A. Cachafeiro, W. Reich, G. Orwell, J. Liedloff, A. Huxley, G. Hüther, J. Bowlby y F. Capra para solo nombrar a algunos de ellos.
¿Qué representa el miedo para usted?
A nivel personal, el miedo es la emoción que más marcó mi vida y mi personalidad, desde el mismo momento de mi concepción, aunque, como la gran mayoría de los adultos, no tenía ni idea de ello.
Por estas sincronías que tiene la vida, en algún momento me tuve que encontrar con mi terapeuta y recibí el acompañamiento necesario, como para reconocer y atravesar mis miedos. Esto me ayudó a convertirme en la adulta que soy ahora: muy segura de mi misma y con una energía y fuerza que me sirve para hacer muchísimas cosas que considero importantes para mí, para mi familia y para la humanidad entera. También acompaño a otras personas en un camino similar al mío, para que empiecen a aceptarse primeramente con sus miedos (y también con las demás emociones), para luego poder reconocerlos y atravesarlos. Cuando nos convertimos en personas fuertes de verdad, ya no nos pueden manipular ni amenazar ni culpabilizar. Tener miedo no es una señal de debilidad, sino todo lo contrario. Reconocer y enfrentar los miedos es muestra de muchísima valentía.
¿Por qué eligió ese título?
Este título hace referencia a un versículo de la biblia donde se equipara a Dios y la palabra como el origen de todo. También escuché que algún lingüista, no me acuerdo quién, usó esta frase para defender la importancia de la palabra en la comunicación.
¡Y no puedo estar más en desacuerdo!
Sabemos que en el desarrollo de un ser humano, la palabra aparece alrededor de los dos años. ¿Y qué pasa con todo lo que vivió el embrión, el feto y el bebé antes de los dos años a nivel corporal, emocional y social?
En el libro hablo también de la teoría Polivagal y otras teorías donde vemos que antes de que salga una sola palabra por nuestra boca en nuestro cuerpo, en nuestros sentidos y en las partes primarias de nuestro cerebro han ido pasando una enorme cantidad de cosas y lo que luego se trabaja en el neocortex y finalmente se convierte en la palabra pensada y pronunciada está totalmente mediatizado por todos estos acontecimientos previos. La mayoría de las veces que hablamos lo hacemos de forma defensiva y ni nos damos cuenta. Creemos que nos comunicamos y que podemos conectar con los demás, gracias a la palabra. Pero estoy convencida que el lector, después de leer el libro, comprenderá el gran error que hay en este pensamiento. Si conectamos de verdad con alguien en raras ocasiones suele ser simplemente por el uso de la palabra. Al cuerpo y a las emociones les corresponde allí un papel muchísimo más importante.
En el Grupo Editorial Europa agradecemos a Brigitte Burchartz por su disponibilidad y le deseamos buena suerte con En el principio era el MIEDO.
¡Hasta la próxima, amigos!
Besos y Abrazos
Rachele