«A medida que fui avanzando por el lúgubre espacio desde la soledad de la sala de espera, por los pasillos, atravesando las puertas y cerraduras hasta la celda, fui tomando conciencia de la forma de vida de los internos condenados. A pesar de ciertos espacios abiertos y ambientes de lectura, actividades y estudio, la sensación de encierro permanece, sin estar condenado…»
Queridos lectores, hoy vamos a averiguar sobre Soñar un nuevo día, escrito por Cristina Eguíluz Casanovas y publicado por el Grupo Editorial Europa.
Soñar un nuevo día es una obra muy cautivadora que nace del contacto directo entre la autora y la realidad penitenciaria de Soto del Real en Madrid.
Una experiencia que estremece la mente y el alma y que dará lugar a toda una serie de reflexiones sobre la vida y sus valores más importantes… esperanza, libertad, derecho a la justicia.
Interesante, ¿verdad?
Es por eso que en el Grupo Editorial Europa entrevistamos a Cristina Eguíluz Casanovas para descubrir algo más sobre Soñar un nuevo día.
Ya estamos listos para leer nuestra entrevista…
¿Qué le gustaría decirle a sus lectores?
Desearía que hicieran una lectura ágil pero tranquila. Leer disfrutando de cada idea detrás de cada frase. La novela está cargada de contenido y aunque en ocasiones pierda en redacción, la información se transmite de forma amena gracias a la trama novelesca. Previo a la escritura, había realizado un estudio sobre el sistema penitenciario y durante la narración fui insertando la documentación que conocía y nuevos datos que recababa a medida que se desarrollaba la escritura; de esta forma la prosa es menos ágil y elegante que en un escrito de un relato sin documentación, los que denomino “del tirón”.
¿Hay un momento en particular que le empujó a escribir este libro?
Después de la visita al centro penitenciario de Soto del Real en Madrid, quise escribir el encuentro. En realidad el primer párrafo narrado fue ese encuentro, y me dio la pauta para comenzar la novela. Por entonces, resultaba del todo inusual el interés mostrado por alguien ajeno al mundo de la penitenciaría, tanto el director como el funcionario de prisiones y después el recluso seleccionado, me atendieron mostrando su colaboración.
El momento de entrada a las dependencias de la cárcel como una visitante más fue sobrecogedor. A medida que fui avanzando por el lúgubre espacio desde la soledad de la sala de espera, por los pasillos, atravesando las puertas y cerraduras hasta la celda, fui tomando conciencia de la forma de vida de los internos condenados. A pesar de ciertos espacios abiertos y ambientes de lectura, actividades y estudio, la sensación de encierro permanece, sin estar condenado.
En un momento de forzada soledad en mi apartamento, decidí emprender el camino de la escritura y para ello visité al responsable de la Pastoral Penitenciaria, el padre Sesma. Me obsequió con algunas historias muy concretas de presos comunes y facilitó los datos que recopilaba en cuanto al número de reclusos en Madrid V y de toda España.
¿En qué escritores se inspiró?
Soñar un Nuevo Día no tiene referentes ni en la narrativa ni en el tema a tratar. Surgió de forma espontánea lo cual me llevó a muchos quebraderos de cabeza para recomponer la historia en el tiempo acorde con las noticias más recientes y por supuesto las leyes vigentes en ese periodo. Tenía muy claro el objetivo de divulgarlo por lo que no debía resultar pesado ni tedioso, con un lenguaje asequible recabar en temas muy profundos que despertaran la conciencia del lector.
Siempre he tenido la idea de escribir, sin duda habría comenzado con la narrativa de un tiempo pasado reflejo de otra sociedad en los lugares donde he vivido y que han sufrido una gran transformación principalmente en cuanto a sus protagonistas. Las personas han mudado sus circunstancias y con ello la posición que ocupan en la sociedad. Los mismos lugares, las mismas casas y sobre todo, las mismas instituciones, las albergan personas distintas, no tanto por un cambio generacional sino por su origen y educación.
¿Qué representa la libertad para usted?
Gracias. La libertad reside en poder elegir.
La palabra libertad tiene muchos matices y estos dependen de las circunstancias de quien estemos hablando. Pero las circunstancias pueden variar y dentro de ese ámbito, ya sea una persona residente en un país occidental o un indígena del Amazonas, dentro de sus circunstancias, ¿tiene posibilidad de elegir en sus acciones y su forma de vida?
En enfoque contrario es la falta de libertad, menos oportunidades, menos medios, menos poder de decisión. Quién o quiénes nos dirigen por ese camino trazado, nos facilitan o restan opciones de vida, es un discurso que debe comenzar a hablarse en esta nueva sociedad del siglo XXI, unos se encuentran en posiciones jamás soñadas por sus progenitores mientras otros son desplazados de su propia casa, porque nunca la realidad ha estado más lejos de la verdad.
La última reflexión es el determinismo, cuando aparentemente el individuo goza de la libertad de elegir –pongamos el caso de un ciudadano medio en un país desarrollado y democrático—éste escogerá dentro de sus preferencias, unos estudios, una pareja, un lugar de residencia… Pero, ¿y si sólo se le presenta un trabajo o ninguno? Un compañero o compañera, o ninguno. Una sola vivienda donde establecerse. Un único candidato encaminado al poder.
¿Por qué eligió ese título?
“Soñar” es una palabra evocadora, expresa el deseo, la ilusión. Soñar un nuevo día, hace posible esa ilusión renovada cada amanecer, dentro de una rutina carcelaria, es fundamental mantener esa idea positiva al despertar, del todo extrapolable a la vida diaria de cada uno, por la simple alegría de vivir.
En el Grupo Editorial Europa agradecemos a Cristina Eguíluz Casanovas por habernos dedicado su tiempo y le deseamos buena suerte con Soñar un nuevo día.
Este es todo por hoy… nos vemos próximamente con tantas novedades en puerta.
Besos y Abrazos
Rachele