“La casa Blanca” tiene ese valor de regreso al origen en esta narración, como un día la tuvo para mí, en mis años juveniles, la casa blanca de las Calleras de Espejo…»
Queridos lectores, hoy vamos a hablar de La Casa Blanca, escrito por José María Ramirez Mellado y publicado por el Grupo Editorial Europa
La Casa Blanca es un relato genial e innovador, donde los personajes que habitan en una hacienda malagueña, darán vida a episodios sensacionales y sorprendentes
La Casa Blanca, escrito por José María Ramirez Mellado y publicado por el Grupo Editorial Europa, nos ha parecido tan atractivo e interesante que hemos decidido conversar con el autor.
Mientras tanto, vamos a averiguar un poco más sobre José María Ramirez Mellado
La escritura ha formado parte de su vida siempre, la colaboración en prensa escrita comenzó a muy temprana edad y durante más de veinte años fue una actividad usual.
Fue nombrado Cronista oficial de Moros y Cristianos a los 20 años en su localidad, y Director de la Revista anual de Moros y Cristianos, cargos que ostentó más de treinta años, lo que le abrió las puertas para una participación amplia en publicaciones de todo tipo relacionados con las tradiciones e historia de esta localidad y de la zona en general.
Ha escrito múltiples guiones para actos y representaciones de todo tipo, así como ha pronunciado múltiples conferencias sobre aquellos temas. Ha publicado una trilogía completa con la historia de la zona en la que vive, trilogía que fue muy bien acogida y que significó probablemente un fenómeno en ventas de libros en Ibi y pueblos cercanos.
En estos últimos años ha vuelto a sus orígenes y ya hay dos libros rodando, uno es La Casa Blanca y otro es Germán que verá la luz en un par de semanas, el cuál ha sido finalista en el premio Juan Carlos Pérez Santamaría.
A continuación ofrecemos la entrevista al autor…
¿Qué le gustaría decirle a sus lectores?
Pues que he escrito este relato con el propósito de que los lectores lo disfruten y lo reinterpreten a su gusto, que es al fin y a la postre el fin de todas las narraciones. Yo también he disfrutado escribiéndolo, aunque he de confesar a mis lectores que este relato lo empecé en múltiples ocasiones y hasta encontrar el hilo narrativo satisfactorio, borraba una y otra vez todo lo escrito. No sé si es muy comercial decir que este relato se ha ido construyendo solo, aprovechando la fuerza motriz de mi mano, ha sido el mismo relato el que ha dispuesto de mí a su albedrío para construirse a sí mismo, puesto que la temática inicial de la que había partido se ha visto muy modificada con el resultado final. Almudena Grandes es una autora que ha descrito con minuciosidad el proceso de creación de una novela o de un relato, y evidentemente esto que yo les digo es absolutamente contrario a su exposición, aunque ella misma reconoce que en sus primeros trabajos el relato la manejaba a ella más que ella al relato, tal vez esta sea una buena descripción de lo que yo siento con este relato en concreto.
¿Hay un momento en particular que le empujó a escribir este libro?
Hay varios episodios con contenidos biográficos, referenciales o inspiradores en el relato, como siempre, un personaje de uno de mis libros dice: “si no te reconozco en tus libros no me interesa leerlos”, de todos esos episodios hay rasgos: el inicio con las sensaciones llegando a la casa es una experiencia propia, también la puerta labrada de acceso a la habitación del tío en el piso de arriba, recuerdo una visita especial a un museo en Cuzco, otra visita a la casa de un indiano en Cantabria, una que visité en Lima, de ambas hay apuntes incluidos en mis descripciones, mi fascinación por la Quimera, las conversaciones de amor de mi madre, una vez perdida la razón, con mi abuelo que llevaba muerto veinte años. La lectura del Poema de Gilgamesh y libros de magia y de ocultismo que siempre me interesaron.
¿En qué escritores se inspiró?
Pues conscientemente en ninguno, tal vez si se me pidiese analizar el libro y buscar influencias, yo las buscaría en Las Leyendas beckerianas, y sobre todo en los cuentos de Borges, hay también sin duda un perfume de realismo mágico que nos remite a García Márquez, a Carlos Fuentes, tal vez a Isabel Allende. Aunque quizá sea inevitable encontrar similitudes de nuestro personaje con Charles Dexter de Lovecraft. En su disposición narrativa quiero atisbar a Zorrilla, al Duque de Rivas pero sobre todo a Espronceda, tal vez también a Cadalso o Torres Villarroel, por sus ambientes lúgubres, sus construcciones y sus temas a caballo entre dos mundos, quizá también habría que referir al premodernista José Martí, y escritores más recientes que manejan distintas tipologías textuales y fórmulas narrativas poco convencionales, podríamos referenciar a Luis Martín Santos, Juan Goytisolo, Eduardo Mendoza, Torrente Ballester, Delibes o Cela. En algunos giros textuales y la temporalidad podría recordarnos a Faulkner o a Vargas Llosa. Todos ellos forman parte de las lecturas del autor, es por ello que inevitablemente algo sí que puede haber de todos ellos.
¿Cuándo nació su pasión por la escritura?ĺ
Nació conmigo, la he tenido siempre, a muy temprana edad mis redacciones en clase reflejaban mi pasión por la escritura. Tal vez a mis ocho años hubo un episodio que coadyuvó con mi enamoramiento por la escritura, gané un concurso nacional de redacción de la empresa Pepsi Cola que me incentivó muchísimo y que me permitió ver el mar por primera vez en mi vida. No he dejado jamás de escribir, ni aun cuando en un periodo de 10 años de mi vida profesional, viajando por todo el mundo, he abandonado la lectura de mis libros, en las que alterno los clásicos con los actuales, y el refugio de mis cuadernos.
¿Por qué eligió ese título?
Pues es una justificación muy personal, que trataré de explicar: mi familia es de un pueblo llamado Espejo, tanto la paterna como la materna, muy cercano a Córdoba capital, la casa familiar por parte de padre es el castillo de los Condes de Osuna, mientras que la casa familiar materna estaba en lo que allí denominan las “Calleras”, tal nombre, que se ha querido justificar como un topónimo que hace referencia a que está empinada como “cayendo”, es, en realidad, un acróstico por haplología de Calle Eras como se denominaba en un inicio, aunque hoy probablemente pocos sepan tal cosa. En la Guerra Civil abandonaron su casa y se vinieron a Alcoy, pero siempre les escuché, fundamentalmente a mis abuelos, el deseo de volver algún día a “su casa” (aunque no eran sus propietarios), aquella de Espejo, y siempre se referían a ella como “la casa blanca”, en realidad todas las casas de esa calle y prácticamente de la totalidad de la población y una gran parte de las casas de aquellas poblaciones, son igualmente blancas, pero ellos le daban con esa composición un especie de valor originario a aquella casa, a la que finalmente volví yo solo, ya de mayor, y la familia que entonces allí residía amablemente me la mostró. Mi madre jamás quiso ir a esa casa, no hace mucho averigué el motivo, tal vez sea tema para otro relato, y las tres veces que fui con mi madre y mi padre a Espejo no quisieron visitarla, “La casa Blanca” tiene entonces ese valor de regreso al origen en esta narración, como un día la tuvo para mí, en mis años juveniles, la casa blanca de las Calleras de Espejo.
En el Grupo Editorial Europa agradecemos a José María Ramirez Mellado por haber respondido a nuestras preguntas y le deseamos buena suerte con La Casa Blanca
Esto es todo por hoy…nos vemos próximamente…
Besos y abrazos
Rachele