Queridos lectores, hoy vamos a conocer a Dime que no fue verdad, escrito por Mario Díaz-Mor Bautista y publicado por el Grupo Editorial Europa.
Dime que no fue verdad es una historia con muchos puntos de reflexión, que nos cuenta del amor entre Mauro, un chico gay, y Arturo, heterosexual.
En medio de tantas locuras que se pueden hacer por amor, emerge sobre todo la audacia de luchar por lo que realmente se quiere, el amor como clave de acceso a la libertad de mente, cuerpo y alma…
Interesante, ¿verdad?
Es por eso que en el Grupo Editorial Europa entrevistamos a Mario Díaz-Mor Bautista para conocerlo mejor y descubrir algo más sobre Dime que no fue verdad.
A continuación ofrecemos la entrevista al autor.
¿Qué le gustaría decirles a sus lectores?
Lo primero de todo dar las gracias por haber comprado el libro y haber disfrutado de la historia.
Pero sobre todo quiero que la hagan suya, que se dejen llevar por el relato, que entiendan que en cuanto al amor se refiere no hay reglas. Y sobre todo que nunca dejen de soñar, que cuando uno sigue sus instintos y es fiel a ellos, evadiéndose del ruido externo, la vida te sorprende. Yo estaba en un momento personal en donde necesitaba soltar muchos patrones que no me estaban haciendo bien, y escribir me ayudó, con la sorpresa de que se ha materializado.
¿Hay un momento en particular que le empujó a escribir este libro?
Sí, al final el libro es una promesa que le hice a alguien tras pasar unos días muy intensos. Metiéndonos en contenido personal, pasé 4 días maravillosos con esa persona en cuestión, y una vez terminaron esos días, por razones geográficas y personales aquello tuvo que terminar en el plano sentimental. Pero mi lado romántico me llevo a escribir aquellos días con todo detalle y los envié a la persona en cuestión. Y su respuesta fue un “Mario, tío, cambia los nombres y haz un artículo”, y mi respuesta fue “No, en un año tienes un libro”.
Lo que he querido plasmar en el escrito es esa comparativa en la que, a la hora de empezar una relación emocional con alguien, el inicio, debe ser como patinaje artístico, casi poético, el sentir como tu cuerpo crea esa adicción para descubrir más y más de la otra persona. Incluso, esa idea fantasiosa de que el mundo se detiene, y cobra más sentido porque la persona en cuestión ha aparecido. Recuerdo que, en el momento de la despedida, tras esos cuatro días dije algo como:
“Lo que tengo que lograr es sentirme, por mí mismo, como me he sentido contigo”, es decir, trabajar el amor propio hasta el punto en el que no me haga falta nadie más.
Y con ello nació un estado mental en el que me dije a mí mismo:
“No pienso permitir que nadie entre en mi vida si no está dispuesto a darme el amor que tengo yo hacia mí mismo”.
Y no quiero decir con esto que debas cerrarte en banda, no, todo lo contrario, tienes que estar abierto al amor, y tener una actitud de predisposición, pero sabiendo que no te vas a conformar con la primera persona que te haga algo de caso, sino que vas a conectar con quién esté vibrando en tu misma frecuencia. Y para ello debes exponerte, pero sabiendo qué clase de emociones debes sentir.
Y en el momento en el que veas que la persona que tienes en frente no está segura de lo que está haciendo, o en el momento en el que identifiques esas maravillosas “red flags”, ser lo suficientemente consciente de que tienes que separarte de aquello, porque la gente no cambia, y si cambia es porque quieren, y no porque se lo digas. Y en muchas ocasiones hemos esperado a que se de ese cambio, pero por desgracia ese cambio se ha dado en nosotros, y hemos tirado al suelo nuestros valores, y amor propio, única y exclusivamente por el convencimiento de que esa persona al final cambiará…
¿En qué escritores se inspiró?
La verdad es que me encantaron los libros de Iñigo Aguas, y también André Aciman, la Idea de crear un Call me by your name algo más adulto, erótico, sin miramientos y el describir los escenarios que rodean a la historia con todo lujo de detalles para que el lector se sienta que forma parte del viaje.
Creo que vivimos en una sociedad en la que hablar de sentimientos, relaciones, o incluso el hablar de cómo miles de pensamientos nos bombardean diariamente la cabeza, hacen que la vida nos ponga la etiqueta de “overthinkers”. Cuando lo mejor que se puede hacer es exponer, a las personas cercanas a uno mismo, los sentimientos y frustraciones en los momentos en los que necesitamos perspectivas.
Creo que el mundo necesita la autenticidad individual de cada uno.
¿Qué representa el miedo para usted?
El miedo es una herramienta muy poderosa, porque tiene un doble filo.
Puedes tomártelo como la idea que expuso Will Smith, dónde decía que “Lo mejor está al otro lado del miedo”. O puedes tomártelo como la barrera que nunca saltarás y que te llevará al desarrollo de una vida mediocre. Al miedo hay que darle la mano, siempre, para saber que cuando te entra el gusanillo en la tripa, por ahí ES.
El miedo al final, solo forma parte de tu imaginación, es una sensación de vértigo irreal, porque si lo piensas, todo es posible, al final solo tienes que seguir respirando y dando pasos hacia delante. Pasos sanos, aceptando el riesgo, obviamente con cabeza, pero sabiendo que en realidad solo está en tu cabeza. Y para aclarar, no estoy queriendo decir locuras de “me da miedo saltar de un avión sin paracaídas”, no coherencia, siempre coherencia.
¿Por qué eligió ese título?
Porque al final es un amor entre Mauro, un chico gay que se empieza a relacionar con Arturo, heterosexual, y crean una sinergia mágica, en dónde ninguno de los dos se hubiera imaginado que de aquel primer “tonteo” se desarrollaría una historia de amor.
Al final, ese “Dime que no fue verdad” es la gran incógnita de Mauro, quien teniendo todo claro en cuanto a los sentimientos y vínculo que estaba desarrollando hacia Arturo, solo necesitaba una respuesta, una confirmación que le dijese “Sí, hemos tenido algo especial, sí, hemos estado juntos”.
Es el ego, que aun sabiendo que todo lo que pasó fue real, necesitaba escuchar verbalmente por la parte contraria la confirmación de que todo el tiempo, dedicación, amor, y sentimientos fue real.
Fue un título cuyo mensaje habla de las barreras que rompe el amor, en este caso, esas etiquetas de orientación sexual. La necesidad social de poner etiquetas a todo lo que existe para poder tener la mente ordenada, y el eliminar los “no entiendo esto”.
Lo repito de nuevo, el amor es el arma más poderosa que tiene el ser humano, y con ello se consigue todo.
En el Grupo Editorial Europa agradecemos a Mario Díaz-Mor Bautista por habernos dedicado su tiempo y le deseamos buena suerte con Dime que no fue verdad.
Este es todo por hoy, nos vemos próximamente con tantas novedades en puerta…
Abrazos
Rachele